martes, 18 de septiembre de 2018

Cincuenta veces gracias


 
¿Qué os parece? hoy cumplo cincuenta años, llego a esa edad a la que se teme, pero a la que todos deberíamos ansiar llegar y llegar bien, porque es síntoma de que aquí estamos, de que hemos vivido todos esos años y aquí seguimos,… caminando mientras la vida nos siga dando su regalo diario.
Cumplir años es crecer, es madurar, es aprender, es mejorar un poco cada día para que el siguiente sea aún mejor y aunque no siempre se consiga ese objetivo, aunque más bien sea al contrario y lo habitual sea caer y caer, deberíamos seguir levantándonos para seguir creciendo y mejorando.

Es inevitable pensar en el envejecimiento, el hecho de pensar que he vivido medio siglo y que ya me quedan menos días por delante, es cuanto menos sobrecogedor. Sin duda hay lecciones aprendidas,  nada es gratis y nada dura para siempre, hoy doy más importancia a mi vida y a mi salud y tengo más razones para cuidar mi cuerpo, más por el valor que tiene el haber llegado hasta aquí entero, nunca por tratar de impresionar a nadie. A veces siento no haberme echado protección 50, no haber sido capaz de beber los famosos dos litros de agua que recomiendan al día y nunca haber conseguido eso de pedirme un té verde en vez de una caipiriña cuando salimos por ahí. Entrar una edad en la que la palabra “joven” es más un piropo que una descripción exacta de tu condición y en la que cuando revelas tu edad la gente contesta con un “oye… pues no los aparentas” (implicando en el mejor de los casos: “no me habría imaginado que eras tan viejo”).
Bueno, ya llegué.
Y no me dolió… mas bien todo lo contrario.


Hace dos años, sin razón aparente y sin que ninguna cifra redondeada marcase ese porqué, escribí mi última entrada en este blog, ya tan abandonado a su suerte en el océano digital. Aquella entrada era como ésta, una reflexión sobre lo vivido y también un agradecimiento, al fin y al cabo, mi sentimiento ante el hecho de hacerme mayor,… la verdad, cumplir cincuenta te lleva a oír frecuentemente la expresión: “Te haces mayor…”.
En aquella entrada recordaba a los que me conocen lo poco amigo que soy de celebrar mis cumpleaños, y también agradecía a todos las personas que de un modo u otro habían sido partícipes de lo que era en ese momento. Releyéndolo ahora, parecía que en ese momento ya estaba completamente forjado y nada ni nadie me iba a cambiar,… estaba equivocado, claro. He tenido la suerte de tener a mi lado una persona realmente especial, que se ha empeñado, y se empeña cada día en hacerme ver que las cosas pueden no ser siempre como yo las veo, desde mi palestra de “señor mayor”. Una persona que me ha hecho saber que por mucho que yo diga que no me gustan estas celebraciones, ha conseguido emocionarme, organizándome una fiesta sorpresa, con amigos y familia, que me ha hecho comprender que, aunque yo tenga tan claro lo mucho que les quiero a todos, a veces hay que saber demostrarlo.

Muchas gracias Inés, ha sido un regalo y una lección que no olvidaré.

Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
y las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor
a veces es una loca llamarada,

ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
Y otras es un remanso de paz, como el atardecer en la playa
.
Del poema ¿Cuántos años tengo? De José Saramago.

2 comentarios:

  1. Felicidades!!
    ... Por cumplir, por llegar hasta "estas edades",por tus sabias reflexiones, y por recordarnos que la familia y los amigos siempre son lo mejor y lo más importante.
    Ya lo sabía pero ahora reconfiro que tienes muy buen fondo
    Bss cuñao

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  2. Gracias a ti...¡¡ Por compartir tus reflexiones, por expresar tus sentimientos, por hacerme sentir especial, pero sobre todo GRACIAS por demostrarme que no estaba equivocada.
    La vida no siempre es justa pero si es sabia, nos da lecciones cuando menos las esperamos pero más las necesitamos, tú has sabido aprender de esta y con ella rectificar, y valorar lo importante que eres para mucha gente.
    Por eso no me des las gracias..., eso es el mayor agradecimiento que podía tener.

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