jueves, 23 de febrero de 2012

Como (no) glasear un longboard

Como todo no va a ser presumir, esta vez voy a hacer un tutorial sobre un proyecto fallido, sobre todo porque quiero compartir con la gente el "secreto" mejor guardado de los que hacemos cosas con las manos, que a la primera nunca salen las cosas bien.Realmente lo interesante de la experiencia es que a base de meter la pata, vas dándote cuenta de los errores, y "procuras" no volver a caer en los mismos fallos.



Esta era la primera vez que me metía a reforzar una tabla con una capa de fibra de vidrio, después de que el segundo pintail que hice, el primero de una longitud entre ejes un poco considerable, me partiera al pasar un poco rápido por un badén de esos que ponen para que no corran los coches.
Aquí lo tenéis, con lo contento que estaba yo con el flex que tenía, para una vez que le perdí el respeto, me lo paga así.
Pero buen, no me desanime y saqué como lección que para el nivel de laminado que yo hago, necesito un plus de resistencia, cuando la distancia entre ejes es mayor de 700mm. Así que decidí repetir el diseño pero esta vez añadiendo una capa de fibra de vidrio, lo mas fina que pudiera.
Una vez conformada la tabla, y lijada convenientemente, le coloqué un matt de fibra de vidrio de bajo gramaje sobre la panza:

Primer error, elegir este tipo de matt con la distribución de fibras aleatoria. El problema es que al aplicar la resina de poliéster, con la brocha desplazas las fibras y al final haces irregularidades en la superficie que luego cuesta más igualar lijando, y ademas la capa de resina que hay que echar es muy difícil de igualar con la espátula, por lo mismo, este matt se desliga muy fácilmente cuando está mojado y lo arrastras.


La mejor elección es lo que uso ahora, otro tipo de manta de GF con las fibras tejidas en una malla, sobre la que puedes hacer presión con la espátula y llevarte el exceso de fibra con facilidad.
Una cosa que hice bien esta vez fue utilizar poco catalizador (menos del 2%), lo que me permitió ir arreglando estos problemillas con paciencia, sin que la mezcla se gelidificara.
Después de 48 horas secando, tocó lijar bastante, y así todo, fue imposible dejar la superficie completamente uniforme. Allí donde las fibras se habían separado, se había acumulado resina, que al secar contrae, y propicia un aspecto de "viruela", unos hoyos que para quitarlos del todo lijando, te arriesgas a cargarte toda la capa de fibra y destapar la madera.
Ahora tocaba el glaseado final, y decidí darle color a la resina, precisamente para evitar que se notaran esos hoyitos, que aunque quedarían cubiertos por la nueva capa, era posible que se notara un cambio de color.
Segundo error, pretender darle color a la resina mezclándola con una pintura al agua cualquiera que tenía por el armario.

Removí y removí hasta que me pareció que el color era homogéneo, y empecé a extender la resina, como debe ser, del centro hacia los extremos, ayudándome con una espátula,.. ¡tercer error!, metálica. Me empezaron a entrar sudores, como la panza de la tabla es curva, la p### espátula metálica no se adaptaba a la superficie y fue imposible distribuir una capa uniforme. La solución es una espátula de goma, que es lo que uso yo ahora. Ya empecé a ver que, por obra y gracia de la química (orgánica), el color se iba separando del poliéster, dejando entrever el resultado final, una obra digna del ínclito Miquel Barceló,...
No me desesperé y continué, para ver dónde podría estar la próxima metedura de pata.
Al día siguiente la "obra de arte" ya estaba seca y me dediqué a lijar, con dos granos de lija de mayor  menor, y finalizando con lija de agua.

La verdad es que este fue el paso mas fácil, aunque anima poco trabajar viendo que el resultado final va a ser penoso, por mucho que me esforzara en esta fase. Una vez lijada, un poco de pasta de pulir, la black&decker con el borreguillo y a pulir. Ësta es la parte más agradecida, cuando ves salir el brillo, que te recuerda a tu tabla de surf, y por un momento piensas que podrías llegar a hacerte tu propia tabla y bla, bla, bla,... anda, confórmate con tus propios monopatines, que hay que reconocer las limitaciones de uno mismo.

En la foto podéis apreciar como la pintura no se llegó a mezclar con la resina, la solución es usar un colorante que el señor de la tienda de pinturas te recomienda para estas cosas.
El resultado final no es agradable a la vista, pero el objetivo de resistencia se cumplió con creces, y de hecho tengo todavía esta tabla funcionando muy bien, incluso mejor que aquella que tenía tanto "flex", Así que si a alguien le interesa, se la puedo dejar a precio de amigo.


1 comentario:

  1. Una consulta. Por qué usas resina Poliester en vez de resina Epóxica?. Tienes buenos resultados con la poliester?. Al menos en mi país me ahorarría una buena cantidad de dinero.

    Saludos y éxito en tus tablas ;)

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